jueves, 17 de octubre de 2013

Presentración de El sueño correcto

Los invitamos a la presentación de la novela El sueño correcto de Aline Davidoff, que se realizará el jueves 24 de octubre en el salón de usos múltiples de la Casa del Poeta (Álvaro Obregón # 73) a las 7 pm.

Presentan:
  • Elena Poniatowska
  • Joaquín Armando Chacón

Lectura de un fragmento de la novela por parte de la autora.


viernes, 20 de septiembre de 2013

El derecho a la protesta: el caso de la CNTE*

Por Liliana Mejía Velázquez
Desde hace días, la presencia en la Ciudad de México de movilizaciones y protestas  de la Coordinadora Nacional de Trabajadores  de la Educación (CNTE), escisión del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), ha suscitado en la sociedad capitalina una serie de viejas preguntas, envueltas en el velo de la crispación y la polarización, y en las que los argumentos jurídicos y políticos se tocan y se confunden: ¿existe  el justo medio entre el derecho a la manifestación y el derecho a la libertad de tránsito? Si existe, ¿cuál es? ¿Hay prevalencia de uno sobre otro? ¿Cuál es el uso del espacio público?
La Constitución Mexicana, desde su versión de 1824 (incluso desde Los Sentimientos de la Nación, fundamento del espíritu de la máxima norma nacional), es promotora de las libertades del ciudadano. Una de las bases fundamentales del Estado es garantizar las libertades individuales y sociales del individuo; entre ellas, la libertad de expresión y de asociación, fundamentadas en los artículos sexto y noveno de la Carta Magna: todos tenemos el derecho a expresar lo que pensamos; de asociarnos y manifestarnos en el espacio público. Ambas garantías individuales (derechos humanos) son una pieza clave para las sociedades contemporáneas.
Entonces, ¿dónde termina el derecho a la protesta de los maestros? ¿Es necesario, como promueve un sector de los medios de información y de la clase media capitalina, hacer uso de la fuerza pública para reprimir o contener las movilizaciones? Mientras la protesta suceda en términos establecidos por la ley, no hay marco jurídico para ejercer ningún acto represivo. Me explicaré.
El artículo 9º de la Constitución dice:

No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto, a una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencias o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee.

En el artículo 15º de la Convención Americana de Derechos Humanos, a la cual México está suscrito, se  reconoce el derecho a la reunión pacífica sin armas. El ejercicio de tal derecho sólo puede estar sujeto a las restricciones previstas por la ley.
Más allá de estar a favor o en contra de las posturas y pretensiones sociales y políticas del movimiento magisterial, se debe privilegiar el derecho a la participación  política del ciudadano. No se debe perder de vista que una marcha, ocupación o bloqueo es sólo un síntoma del problema. Los miembros de la CNTE se manifiestan en contra de la evaluación a su desempeño laboral, recientemente incluida en la Reforma de Educación propuesta por el Ejecutivo Federal al principio de su gestión. Al no tener los medios de discusión y debate adecuados se volvió inminente la ocupación de las calles, primero, en la ciudad de Oaxaca y, después, en la capital de la República. Según un comunicado publicado por Artículo 19, organización mundial dedicada a la defensa y promoción de la libertad de expresión, el problema radica en el acceso a los canales de información:

Quienes se manifiestan de una u otra manera se encuentran excluidos, aun siendo grupos con intereses creados, son evidencia de lo precario del sistema político de diálogo asimétrico: ni todos pueden entrar al diálogo ordenado ni todas las consignas “importan”, así protestar se convierte en una forma de deliberar.1

Al no tener otra manera para ser escuchados, los maestros optaron por el uso del espacio público. Fue entonces cuando algunos sectores de la ciudadanía mostraron su repudio al movimiento magisterial. Argumentaron que sus derechos de tránsito habían sido violentados. Sin embargo, un bloqueo vehicular impide un fácil desplazamiento de los automovilistas por las calles, pero, en ningún momento, los afectados fueron ni han sido maniatados o “secuestrados”, o se les ha impedido llegar caminando a su destino.
La ciudadanía al ver trastocada su comodidad se ampara en el artículo décimo primero de la Constitución (en el que se garantiza el libre tránsito), a fin de denostar y atacar las movilizaciones ciudadanas. No podemos olvidar que la calle es el lugar público por antonomasia, es el espacio de convivencia; es, pues, un lugar de todos.
Reprimir la movilización o reservar lugares específicos para ella es, en todo sentido, anti-democrático. Don Mitchell, investigador de la Universidad de Stanford, lo explica muy claro cuando dice: “controlar la geografía de la expresión (dónde se dice), es controlar la expresión misma (qué se dice)”[2]. Por ello, la vía pública es, antes que nada, el espacio del diálogo y deliberación ciudadana: privilegiar el tránsito vehicular por encima de la manifestación social sería un retroceso en los derechos civiles. En todo caso, el Estado debe ser garante de la libertad de expresión y manifestación de los ciudadanos.
No debemos olvidar que la movilización ciudadana sólo es un síntoma o una expresión del problema real. En un país en el que 60 millones de habitantes (más de la mitad de la población) viven en situación de pobreza sería absurdo aspirar a la ausencia de protesta, la cual tiene mucho terreno de legitimidad. Es más violenta, y más agresiva, la  asimétrica distribución de la riqueza y el acceso a la educación (en Oaxaca, base de la sección 22, parte fundamental de la CNTE, el porcentaje de analfabetismo es de más del doble del promedio nacional, según el INEGI) que cualquier marcha, bloqueo o protesta en cualquier ciudad del país.

Bibliografía.
- Artículo 19, Altoparlante:Regular manifestaciones, mala idea, Animal Político.
- Carbonell, Miguel, Libertad de asociación y  de reunión en México, Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas:
- Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, TEXTO VIGENTE, DOF (19-07-2013) http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1.pdf
- Dondé Matute, Javier, El tema del derecho a la manifestación, últimamente, ha causado polémica en la Ciudad de México, Instituto Nacional de Ciencias Penales

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[2] Mitchell, Don, The Liberalization  of The Free Speech: Or, How Protest un Public Space is Silenced. http://agora.stanford.edu/agora/volume4/mitchell.shtml

viernes, 13 de septiembre de 2013

Muere Marshall Berman; rompió "la rígida división" entre las aulas y la calle*

El escritor Marshall Berman murió el pasado miércoles a los 72 años, debido a un infarto, en su natal Nueva York, informó la prensa estadunidense. También fue filósofo y docente, reconocido por sus trabajos sobre economía, arte y cultura los cuales fueron influidos por su temprano acercamiento a la obra de Carlos Marx.
Nació en el Bronx y realizó sus estudios profesionales en la Universidad de Columbia, la de Oxford, en Inglaterra, y la de Harvard. Fue catedrático en Stanford, Nuevo México, Harvard y la New School.
Como ensayista, decía que los libros nacen de un impulso vital. Abarcó temas de arquitectura filosofía, música y sociología.
Una de sus trabajos que más entusiasmó a sus lectores es One hundred years of spectacle: a cultural history of Times Square. título en homenaje a Gabriel García Márquez.
 Un caso anómalo
Sin quererlo, Marshall Berman se metió en los laberintos en que se encerró Walter Benjamin al tratar de escribir un ensayo definitivo sobre la cultura moderna usando los primeros centros comerciales de París como pretexto. Berman, a diferencia de Benjamin, no tiene lugar para el Apocalipsis, no cree gran cosa en la desesperación. Quizá su confianza en el trabajo de los hombres le ayude a no dejar inconclusa, como Benjamin, su obra, escribe Francisco Carballo en una semblanza del autor, publicada en La Jornada Semanal, en 2002.
Añade que Berman representaba “un caso anómalo en el mundo de la academia. Supo romper con pleno desenfado la rígida división que separa las aulas y pasillos universitarios de las avenidas y las aglomeraciones de la ciudad. Lo mismo toma el pulso de la ciudad en las discusiones, en las charlas universitarias, que completa el conocimiento erudito escuchando con atención los murmullos que animan las calles, los parques, el Metro de Nueva York. Las preferencias intelectuales de Marshall se reducen tan sólo a unos cuantos nombres: Platón, Aristóteles, San Agustín, Maquiavelo, Rousseau, Goethe, Dostoievski y muy pocos más. Weber y Freud son los últimos clásicos que acepta en su Panteón Personal. Carlos Marx es un caso aparte. Descubrió por casualidadLos manuscritos económico filosóficosde 1844 del joven Marx en una edición barata que la Editorial Progreso de Moscú vendía en el mero corazón del imperio. Marshall leyó el libro de pie, en la librería. Gastó sus ahorros al comprar todos los ejemplares que quedaban. Pensó que el amor recién adquirido valía la pena compartirlo con sus seres queridos y repartió ejemplares por el Bronx. Desde entonces se dedica a que los clásicos lleguen a las calles”.
José Luis Paredes Pacho (ex baterista de La Maldita Vecindad) recordó que cuando el grupo tocó por primera vez en Nueva York, en 1992, “dimos una entrevista al semanarioVillage Voice, intentaba explicar qué era nuestra música, de dónde veníamos, qué sucedía en el México de entonces, cité, como siempre a fray Servando Teresa de Mier, además de Marshall Berman, a quien dedicamos el primer disco de La Maldita Vecindad. De pronto, el periodista me interrumpió para contarme que lo había conocido durante las revueltas de Tompkins Square, que a él le había tocado cubrir para el semanario. Entusiasmado, le pregunté si me podía conseguir su teléfono. Le marqué a Berman y le hablé como si nos conociéramos, como si estuviéramos representando un pasaje más de su artículo Las señales de la calle”.
En su primera visita a México, ofreció una entrevista a La Jornada (27/07/02), realizada por la reportera Tania Molina, en la que llevaba la playera negra con la imagen del disco El circo, de La Maldita:La música es un tema importante en mi vida. Nunca he podido tocar un instrumento, lo cual me entristece, pero trato de escribir sobre la música, y me conmueve que los que tocan en bandas (en específico se refiere a Pacho Paredes, baterista de La Maldita Vecindad) puedan encontrar que les ayude algo en lo que escribo”, señaló entonces.


*Publicado por Mónica Mateos-Vega en La Jornada (13.09.2013):

martes, 10 de septiembre de 2013

El infomercial de Peña Nieto*



Jorge Moch
tumbaburros@yahoo.com
Twitter: @JorgeMoch

El infomercial (que no informe presidencial) de Enrique Peña Nieto del lunes pasado, fue un costoso, superfluo relleno, un trámite innecesario que ni siquiera decepcionó porque no suponía ninguna posibilidad de promesa cumplida o ilusión. Fue un farragoso canto a la mediocridad y sí, lo vi. Sí, enterito, hasta con el intragable postre de los comentarios de los decidores de noticias, esos criaditos de la cortesanía televisiva que, como en el cuento, sostienen la larga, imaginaria cola del traje del emperador, y trataron de explicarnos, pacatos, lo obvio, buscando la minucia en el hueco. Con ceño fruncido quisieron encontrar entresijos, lectura entre renglones de un acto plano, aburrido, predecible y ensayado.
Fue un infomercial hecho, claro, para la televisión. Cada seis o siete segundos Peña, bien aleccionado por sus asesores de imagen televisiva –¿es que acaso hay otra en el México moderno?–, posiblemente sacados de las huestes de sus principales madrinas Televisa y TV Azteca, miraba no al grave público (cuánto arribista logrero, cuánto parásito reciclado, cuánto ganapán buscando el saludo, la palmada, el abrazo falso, la sonrisa de utilería, la aparente cercanía que en realidad no va a existir nunca) que asistió a su discurso en aquel auditorio portátil montado en un patio de la residencia presidencial de Los Pinos, sino a la cámara, a cuadro, a la pantalla de la tele de quienes lo sintonizamos allende su miedo.
Siempre atento a qué cámara estaba activa, Peña estaba, de facto, en un foro de televisión. Podía, tan acicalado y profesional, ser un decidor de noticias de esos que a diario le besuquean las suelas. Me llamó la atención que, a pesar de continuos tropezones de dicción –cosa por demás predecible en alguien que: 1. presenta su primer informe de presunto gobierno en un país que se le desmorona todos los días y en el que bien sabe que muchos no lo queremos ni lo aceptamos como presidente y 2. no es famoso precisamente por sus abundantes lecturas y por ende es incapaz de socorrer un vocabulario rico que le permita giros retóricos, audaces improvisaciones discursivas o simples alardes de agilidad mental. Sin embargo, logró hilar por espacio cercano a una hora un discurso más o menos inteligible –si pasamos por alto la espesa demagogia del contenido–, aunque pude observar que cada que citaba cifras acusaba síncopas del ritmo. Supongo que porque estaba estrenando tecnología para que no le hiciéramos burla sus detractores con el teleprompter que, si estuvo allí, bien se guardaron los camarógrafos de jamás hacerle un delator encuadre. Sospecho yo, que vivo aquejado de sospechosismos, que usó algo parecido al “chícharo” que usan, otra vez, sus contlapaches decidores de noticias. Eso, o ha estado trabajando la mnemotecnia.
En el infomercial de sus primeros nueve meses de ese engendro que llama gobierno, el medio fue el mensaje. Cuánta pre y postproducción televisiva, qué bárbaros, qué bonito trabajo, con escenas a modo con cada frase del señor que ocupa esa silla que no es suya, qué bien imbricados los cortes con los spots promocionales de su infomercial, qué bien hechas las locaciones y los maquillajes y las caracterizaciones de ésos que aparecieron como mexicanos contentos y satisfechos, para que luego no digamos que nuestros impuestos no trabajan.
Qué bonitos, continuos, oportunos y bien cronometrados encuadres a la guapa familia del señor Peña, su fotogénica esposa, sus bonitas hijas – allí la que tacha a los detractores de su papi de “prole”. Qué bonito todo. Los palurdos aplaudidores, qué bien vestidos y rigurosos en su uniforme gris, monocromático, de corbata y gomina y bien ceñidos gestos con que disimular el bostezo. Bueno, casi todos, porque algún tarugo se durmió.
Cuántos augurios, cuántas cosas bonitas en el infomercial, cuántas alusiones a un país que debe ser Finlandia. O Disneylandia. Qué fácil simplemente no mencionar los doce mil seiscientos asesinados en su gestión, qué sencillo decir que los homicidios dolosos, por decreto, se han reducido. Bien, señor Peña, que se chinguen la realidad cotidiana y sus pinches agoreros. Qué bonita frase esa declamada por el señor Peña con aplomo de plomo: “Atrevámonos a dar un gran salto hacia nuestro desarrollo.” Aunque por más que busco, “desarrollo” sigue sin ser sinónimo de “abismo”.
Qué bonita frase suya: “Tenemos una democracia madura.” Y ahora entiendo que madurez democrática es una tarjeta Monex, un monedero de Soriana. Y no perderse Sabadazo.
Ni tener vergüenza.

*Publicado en: La Jornada Semanal. http://www.jornada.unam.mx/2013/09/08/sem-moch.html

lunes, 12 de agosto de 2013

Sierra de Chamá (extracto)


Dos cosas más aprendimos en la lluvia:
cualquier sed de hombre tiene derecho cuando menos a una naranja grande
y toda tristeza una mañana de circo,
para que la vida sea, alguna vez como una flor
o como una canción.

Mario Payeras

martes, 6 de agosto de 2013

Work-ing Marx.

Quedan a invitados a la serie de ponencias en torno a Marx y el marxismo que se llevarán a cabo el día jueves 22 de agosto en la FFyL, UNAM.

Facultad de Filosofía y Letras 22 de Agosto, Salón de actos
Mesa 1
11-13 hrs.
Lecturas desde Marx

Hugo César Méndez (Marx)
Francesca Savoia (Marx)
Efraín León (Marx)
Modera: Diana Fuentes

Mesa 2
15- 17 hrs.
Marxismo no/ortodoxo

Araceli Mondragón (Ernst Bloch)
Mateo Martínez Abarca (Karl Korsch)
Diana Fuentes (Antonio Gramsci)
Modera: Gustavo García

Mesa 3
17-10 hrs.
¿Crítica marxista?

Yeyetzi Cardiel (Walter Benjamin)
Gustavo García (Karel Kosik)
Matari Pierre (J. Paul Sartre)
Modera: Efraín León Hernández

martes, 18 de junio de 2013

Bolívar Echeverría. Crítica e interpretación*

Bolívar Echeverría fue un filósofo ecuatoriano, quien radicó en México desde finales de los sesentas. Cursó sus estudios de filosofía en Alemania, en el Berlín de los años 60’s. Ahí, comenzó a estudiar la obra del inaugurador del discurso crítico: Karl Marx. Sus estudios recorren además a varios de los autores más importantes del siglo XX: Walter Benjamin, Georg Lukács, Horkheimer, Theodor Adorno, Heidegger, Sartre, Rosa Luxemburgo, Fernand Braudel, Lewis Mumford, etc. Tenía también una deuda importante con las obras de Ernst Bloch, Karl Korsch, Karel Kosik, Roman Jakobson, Saussure, Mauss, Bataille, Coseriu, Deleuze, Marcuse, Bertolt Brecht, etc. Sin embargo, otros temas tratados por Bolívar están pensados en abierta polémica, por ejemplo, con Max Weber, Edmundo O’Gorman, Baudrillard, Levi-Strauss, Octavio Paz, Foucault, etc. Por otra parte, tenía una deuda importante con el arte, con el terreno de lo poético-pensante, desde obras literarias hasta la música.
Bolívar Echeverría es un pensador importantísimo e imprescindible para las generaciones actuales que buscan desdecir y contradecir la dinámica actual de la modernidad capitalista y, también, para aquellos que buscan las posibilidades para negar y trascender este orden; para aquellos que quieren observar dónde están sus quiebres; observar cómo se van conformando nuevos rasgos constructivos de la vida social moderna y como éstos pueden destronar los rasgos destructivos del capitalismo.
Bolívar Echeverría falleció en junio de 2010. Este libro es resultado de una serie de mesas que se organizaron para discutir su obra y su aporte en un homenaje dedicado a su obra y que se llevó a cabo en la Facultad de Filosofía y Letra de la UNAM en 2010. El libro contiene la participación de 36 autores, gente que conoce el pensamiento de Bolívar, algunos de ellos colegas o amigos suyos, pero que no por ser amigos concuerdan precisamente con su postura. De aquí quizá el subtítulo del libro: crítica e interpretación.
Este libro puede servir para aclarar algunos aspectos del pensamiento de Bolívar; para abrir nueva líneas de investigación o para realizar una revisión crítica de algunos de sus planteamientos. Y es que en verdad se carece de obras que comenten o que interpreten bastamente el trabajo de Bolívar. Este libro viene a subsanar este aspecto de un modo inicial.
El libro se abre con unas palabras de Raquel Serur, compañera de Bolívar, pronunciadas en 2010 ante la Asamblea Nacional de Ecuador, donde se le rindió homenaje. En esta apertura del libro, Raquel Serur caracteriza a Bolívar como un roble:

El símbolo es perfecto pues eso es lo que era: un roble. Recto, firme y apuntando siempre hacia la luz y no hacia la oscuridad como sugieren algunos de sus lectores.
Su discurso crítico era siempre una forma de ver la oscuridad del bosque, de mostrar desde ángulos distintos, cómo vivimos sumidos en una catástrofe de magnas dimensiones y cómo las sociedades —hasta ahora— se han visto imposibilitadas de reaccionar para sacudirse el yugo capitalista. Mostrar lo negro del bosque no era —y no es— una forma del pesimismo en Bolívar Echeverría. Por el contrario, él pensaba que sólo escudriñando minuciosamente la oscuridad del bosque es que se podría imaginar una modernidad no-capitalista. Para él, los pesimistas son aquéllos que piensan fatídicamente que, con todo lo negativo de esta modernidad, no hay otro camino posible por transitar en el mundo occidental moderno.

Y eso es Bolívar, un roble robustísimo, frondoso y viejo —por la experiencia—. Un roble como el de la imagen de la portada del libro. Para quienes vimos a Bolívar y vemos y pensamos ahora en esta imagen, llena de vida, las palabras se quedan cortas para asemejarlos.
Bolívar también podría ser caracterizado con una ceiba. La metáfora es más adecuada para estas latitudes caracterizadas por el verde verde, como nombró Alejo Carpentier al acallante y vasto paisaje latinoamericano: el verde verde. La ceiba también apunta hacia el cielo y hacia la luz —la cual siempre es un derroche en estas regiones—, pero la ceiba puede crecer incluso donde no hay suelo fértil, como en los duros y agrestes peñascos. La ceiba también tiene un grueso tronco que es capaz de sostener sus gruesas y extensas ramas, cuyos frutos —que hablan de su fertilidad— parecen algodones. Pero, aún más, la ceiba tiene raíces profundas que, sin embargo, son visibles. Las raíces de Bolívar Echeverría —a pesar de su innegable universalismo— son la “centralidad de la periferia”, y sus fundamentos son el discurso crítico, que, como los raíces de la ceiba, son imposibles de esconder y es lo primero que se nota de ella. Estas raíces asemejan rizomas. Así era Bolívar. Un profundo pensador rizómático —eclosionador y no centralizador—, capaz de crecer sobre cualquiera que tampoco gustara del dogmatismo, sino de la apertura y del afloramiento de la criticidad.
El libro se encuentra dividió en 6 partes. La primera de ellas se titula La obra de Bolívar Echeverría. Ahí Julio Echeverría, Pedro Joel Reyes, Antonio Aguirre Rojas, Rodrigo Martínez Baracs y Javier Sigüenza, resaltan el carácter radical y revolucionario del conjunto de la obra de Bolívar, desde su lectura crítica de El capital hasta sus planteamientos sobre lo barroco en América latina. Un radicalismo que se aparta de la “política real”, la política de lo políticos, porque cree que la auténtica vida política de una sociedad está fuera de este grillete estatalista y nacionalista, y se encontraría, más bien, en la vida cotidiana de los seres humanos. Los autores, además, contextualizan a Bolívar en las discusiones de la época.
La segunda parte de libro se titula Modernidad y capitalismo. Contiene los ensayos de Crescenciano Grave, Roger Bartra, Luis Arismendi, Isaac García Venegas, Diana Fuentes y Carlos Oliva —éstos tres últimos son los compiladores del libro y fueron también quienes organizaron el homenaje de septiembre de 2010—. Crescenciano concentra parte su ensayo en la disociación de los términos “modernidad” y “capitalismo”, que son tomados muchas veces como sinónimos, pero que sólo reflejarían una confusión: la que cree que lo mismo es ser capitalista y ser moderno. Pero Bolívar Echeverría afirma que es posible ser moderno sin ser capitalista. Y aún más, pues sólo se puede ser moderno si no se es capitalista. Ser capitalista es ser anti-moderno. La modernidad apunta a firmar la libertad humana; el capitalismo, en cambio, apunta a esclavizar al ser humano.
Roger Bartra retoma una discusión que tuvo anteriormente con Bolívar sobre qué es el romanticismo. El romanticismo sería una versión de la modernidad que no buscar escapar imaginariamente de la modernidad misma, sino que busca trascender la parte destructiva de ella. De ahí que, según Bartra, Marx también sea uno estos espíritus románticos del siglo XIX.
Isaac García Venegas realiza un texto lúdico sobre la “excentricidad” de Bolívar Echeverría, una “excentricidad” que sólo puede ser tal si se le mira desde una perspectiva capitalista, pues —dice Isaac— se pregunta la modernidad capitalista: ¿quién que se diga hombre de bien dedica su tiempo a desmantelar el aparataje del capitalismo sobre todo cuando éste ha mostrado su dominio omnímodo? Y se contesta ella misma: obvio, sólo un excéntrico. Quizá entonces lo que haya que reivindicar es la excentricidad, el dispendio para la crítica.
Por su parte, Diana Fuentes y Carlos Oliva realizan dos ensayos sobre la crítica de Bolívar al concepto de Revolución, sus límites y posibilidades actuales cuando el concepto de Revolución del siglo XIX parece impracticable en este siglo XXI. ¿Dónde encontrar —se pregunta Carlos Oliva—, la radicalidad de un acto revolucionario actualmente? Muy probablemente la respuesta se halle en la resistencia a la cosificación, la cual puede llevarse a cabo en cualquier hecho —cotidiano, público o privado— siempre y cuando no se realice en obediencia al dogma de fe capitalista.
Luis Arizmendi concentra buena parte de su texto en clarificar la polémica entre György Márkus y Bolívar Echeverría sobre en qué núcleo duro o sobre que contradicción se alza El capital de Marx. Una polémica de la que Bolívar saldría bien librado —por no decir triunfador—, debido a la sistematicidad con la que se dedicó a estudiar la obra de Marx.
La tercer parte del libro Marxismo y teoría crítica, contiene los ensayos de Mariflor Aguilar, Jorge Juanes, Aureliano Ortega Esquivel, Marco Aurelio García Barrios, Stefan Gandler, Jorge Veraza y René Aguilar Piña. Los autores tratan el tipo de marxismo al que Bolívar puede ser adscrito; cuáles son las corrientes de las que él abreva; la relevancia de su marxismo para América latina, sus aportes para la discusión marxista actual; su oposición radical al “marxismo dogmático”, al del socialismo “realmente existente”; su propuesta de lectura de las Tesis de Marx sobre Feuerbach; el gran aporte de Bolívar al resaltar el concepto de “valor de uso” y de “forma natural” de la vida social o su propuesta sobre cómo está estructurado El capital.
La cuarta parte del libro trata sobre El ethos barroco según Bolívar Echeverría. Aquí escriben grandes conocedores del tema como Antonio García de León, Margarita Peña, Margara Millan, Rafael Rojas, Ignacio Sánchez Prado y Francisco Mancera. Según Bolívar, el ethos barroco es un comportamiento en la vida cultural cotidiana de América Latina. Bolívar Echeverría pretende reivindicar el término barroco. Cree no es posible pensar la vida cultural en Latinoamérica como una vida “surrealista” o del “realismo mágico”.
Baltazar Gracían, un autor del siglo XVII, escribía: “Y es saber vivir convertir en placeres los que habían de ser pesares”. Esto hace un comportamiento barroco: mediante lo imaginario logra trascender el aspecto negativo, detestable e invivible que hay en la vida realista, para transfigurarlo a un segundo plano, en el que sólo en la imaginación, resulta positivo y con mayor necesidad de ser vivido. Aunque Bolívar advertía que este carácter barroco —que privilegia la construcción de un mundo de sentido de vigencia sólo imaginaria y que fue el que hizo posible la reconstrucción de la vida civilizada entre los indios y las poblaciones bajas de la América española del siglo XVI y XVII—, es también la causa de la miseria de los pueblos latinoamericanos. Ya que su transformación o revolución es efímera. Sólo neutraliza las contradicciones de la vida, pero no las elimina “real y efectivamente”. Los pesares son convertidos en placeres, pero sólo como una representación teatral absoluta.
La quinta parte del libro, titulada Filosofía de la cultura y perspectivas sobre el arte, contiene los ensayos de Federico Álvarez, Iván Carbajal, Manuel Lavaniegos, Adolfo Gilly, Evodio Escalante y Ricardo Pérez Montfort. En estos ensayos sus autores abordan otro de los grandes aportes de Bolívar Echeverría al concepto de cultura. Comentan sobre todo el libro Definición de la cultura —también editado por Itaca en coedición con el FCE—.
La sexta y última parte del libro se titula Imágenes de Bolívar Echeverría. Aquí escriben José María Pérez Gay —recientemente acaecido—, Ignacio Díaz de la Serna, Óscar Martiarena, Teresa del Conde y Horacio Ortiz. En esta parte del texto se incluyen las ponencias que trataron aspectos de la persona de Bolívar; sobre su carácter, la amistad que mantuvieron con él. Resalta el emotivo texto de Ignacio Díaz de la Serna, quien escribe que con Bolívar ha sido una de las personas con quien más ha reído. Por su parte, José María Pérez Gay hace un recorrido desde que conoció a Bolívar en 1965 en Berlín, en un seminario de discusión con Rudi Dutschke. Teresa del Conde muestra al Bolívar conocedor del arte y con quien tuvo discusiones, por ejemplo, sobre la obra de Francisco Castro Leñero.

ÍNDICE

Presentación, Isaac García Venegas
Un roble, Raquel Serur

La obra de Bolívar Echeverría
El radicalismo impolítico de Bolívar Echeverría, Julio Echeverría
¡Qué cosa!, Pedro Joel Reyes
Bolívar Echeverría: in memoriam, Carlos Antonio Aguirre Rojas
Homenaje a Bolívar Echeverría, Gabriel Vargas
Lectura y relectura de Bolívar Echeverría, Rodrigo Martínez
Aproximaciones al discurso críticode Bolívar Echeverría, Javier Sigüenza

Modernidad y capitalismo
El discurso crítico sobre la modernidad,Crescenciano Grave
Romanticismo y modernidad.Variaciones sobre un tema de Bolívar Echeverría,Roger Bartra
Bolívar, el excéntrico,Isaac García Venegas
Desfaciendo entuertos: libertad y revoluciónen la obra de Bolívar Echeverría, Diana Fuentes
El mito de la revolución, Carlos Oliva Mendoza
Bolívar Echeverría o la crítica a la devastacióndesde la esperanza en la modernidad, Luis Arizmendi

Marxismo y teoría crítica
El humanismo radical de Bolívar Echeverría, Mariflor Aguilar Rivero
La política y lo político en Bolívar Echeverría,Jorge Juanes
El pensamiento teórico-filosófico de Bolívar Echeverría en el contexto del marxismo mexicano, Aureliano Ortega Esquivel.
Forma natural y forma enajenada de la polis, Marco Aurelio García Barrios
Bolívar Echeverría y la “Tercera generaciónde la Escuela de Fráncfort”, Stefan Gandler .
La lectura de El capital de Bolívar Echeverría, Jorge Veraza Urtuzuástegui
Incursiones fugaces en los contenidosde la idea de política y Estadoen la apreciación crítica de la modernidad, René Aguilar Piña

El ethos barroco
Otras cartografías del barroco, Antonio García de León
Bolívar Echeverría: La modernidad de lo barroco.El ethos barroco, Margarita Peña
El ethos barroco y los asiderosde una modernidad no capitalista, Margara Millán
El mariposeo sarduyano, Rafael Rojas
Echeverría avec Rancière: lo político, el ethos barroco y la distribución de lo sensible, Ignacio M. Sánchez Prado
Los ríos profundos, Francisco Mancera

Filosofía de la cultura y perspectivas sobre el arte
Bolívar Echeverría y la “mímesis festiva”, Federico Álvarez
En torno a Definición de la cultura, Iván Carvajal
Bolívar Echeverría: el horizonte críticode la modernidad y hacia una filosofía de la cultura,Manuel Lavaniegos
Lo que miraba el ángel: violencia y utopía en el discurso de Bolívar Echeverría,Adolfo Gilly
Walter Benjamin y el advenimientode la fenomenalidad pura en la obra de arte, Evodio Escalante
Breve acercamiento a Bolívar Echeverríay a sus ideas sobre la cultura, Ricardo Pérez Montfort

Imágenes de Bolívar Echeverría
Bolívar Echeverría (1941-2010), José María Pérez Gay
De todo y de nada, Ignacio Díaz de la Serna
Imágenes de Bolívar Echeverría, Óscar Martiarena
Bolívar Echeverría, Teresa del Conde
Bolívar Echeverría. Una rebelión efímera, Horacio Ortiz

*Texto que sirvió de base para la presentación del libro en el marco de la 4a Feria del Libro Independiente, en la librería Rosario Castellanos del FCE. 

lunes, 27 de mayo de 2013

El pequeño mago de Messkirch por José María Pérez Gay

El día de ayer falleció el germanista José María Pérez Gay. Tomé clases con Pérez Gay hace ya algunos años en la Facultad de Filosofía y Letras. El estricto rigor filosófico de sus clases era subsanado por la pasión desbordante con las que se entregaba en cada sesión. Sus clases eran verdaderamente un espectáculo. Todo un maestro. 
Reproduzco aquí un texto excelente, escrito por él, donde relata su único encuentro con el filósofo de la Selva Negra, Martin Heidegger, y donde expone, con un lenguaje literario, algunos aspectos del pensamiento del filósofo. Una versión reducida de este ensayo se encuentra publicada en su reciente libro La profesía de la memoria. Ensayos alemanes
El día que conocí a Martin Heidegger
Hacia principios de septiembre de 1965, Ramón Cortés Alaminos me propuso pasar unos días en París para olvidarnos de una pesadilla: el semestre de verano en la Universidad Libre de Berlín. Por ese entonces los dos teníamos la beca de posgrado de la Comisión de Universidades Alemanas, estudiábamos en Berlín Occidental y habíamos presentado unas semanas antes nuestro examen de alemán superior, sin el cual no podíamos seguir estudiando en la Universidad. Ramón Cortés Alaminos, boliviano, estudiante de filosofía, tenía veintinueve años y me llevaba una ventaja considerable. Había estado trece años en el Colegio Alemán de La Paz, hablaba el alemán de corrido y sin acento, estudió en Caracas la licenciatura en filosofía, frecuentó los seminarios de los profesores Juan David García Bacca y Ernesto Matín Valenilla y preparaba su tesis de doctorado sobre La idea de la técnica en la filosofía de Martin Heidegger.
Yo, en cambio, tenía veintidós años y no hablaba una palabra de alemán, había estudiado la licenciatura en Comunicación en la Universidad Iberoamericana y obtenido una beca para estudiar sociología y germanística. A partir de septiembre de 1964, la Dirección del Instituto Goethe decretó confinarme siete meses en un pueblo del sur de Baviera, Brannenburg-Degerndorf, a unos cinco kilómetros de la frontera austriaca, para aprender el alemán. Por esos días nunca me hubiera imaginado que iba a permanecer dieciséis años en Alemania. No obstante, aprender el alemán era mucho más difícil de lo que todos sospechaban. Los siete meses en el Instituto Goethe fueron una introducción a los principios del idioma, no me sirvieron de gran cosa. Al final del curso leía los periódicos sin problemas, quizá una novela no muy complicada, pero no podía explicar un texto a fondo, ni mucho menos escribir en alemán. Me harían falta todavía seis semestres en la Universidad, los días de vigilias y gramáticas, del diccionario Slabý-Grossmann, que no acierta nunca con el matiz preciso, de la acrobacia de las declinaciones, de los verbos y sus prefijos separables, de las voces compuestas y las vocales abiertas.

miércoles, 24 de abril de 2013

Discurso crítico y modernidad. Ensayos escogidos de Bolívar Echeverría

En 2011, en Colombia, la editorial Desde Abajo publicó una antología de textos de Bolívar Echeverría: Discurso Crítico y Modernidad. Ensayos Escogidos. Se trata de 15 textos que fueron elegidos por el propio Bolívar Echeverría para su publicación. He aquí, pues, 351 páginas de discurso crítico.



Dar cklic aquí para descargar:
https://www.dropbox.com/s/sod1zhazi50lazt/discurso%20critico%20y%20modernidad.ensayos%20escogidos.pdf?dl=0

jueves, 28 de marzo de 2013

Joven fue detenido, vejado, golpeado y robado por policías "por andar de puto"


El pasado jueves en la madrugada, agentes de la policía capitalina detuvieron arbitrariamente, amenazaron y golpearon a un hombre en el Centro Histórico de la Ciudad de México, por el hecho de ser homosexual y transitar por la vía pública a altas horas de la noche.
“El jueves iba caminando hacia a mi casa y de repente se paró una patrulla para preguntarme qué estaba haciendo a esa hora y si había tomado. Les dije que sí, pero que no estaba haciendo nada malo. De todas formas me obligaron a que me subiera y cuando les pregunté por qué, me contestaron ‘por andar de puto’”, narró en entrevista el joven agredido, Jonathan Zamora.
Aunque reclamó sus derechos y advirtió a los agentes que los denunciaría por actos de discriminación, los agentes le pidieron sexo oral a cambio de dejarlo ir, como se negó comenzaron a golpearlo mientras lo llevaban al juez cívico número cuatro.
Una vez ahí, agregó Zamora, lo despojaron de sus pertenencias y lo llevaron con engaños a los separos. Cuando reclamó por el largo tiempo que llevaba ahí detenido, cuatro policías lo esposaron y empezaron a golpearlo y patearlo en el suelo
Varias horas más tarde, los agentes permitieron la salida del joven, pero le quitaron su celular y el dinero en efectivo que traía en la cartera. Por el robo y las agresiones, presentó una demanda ante el Ministerio Público, el que ordenó una revisión física para comprobar las huellas que le habían dejado los golpes.
Ya había escuchado de casos parecidos al mío, pero pensé que eran raros. Ahora me doy cuenta de que no: los policías detienen a muchos chavos gays por su estado de vulnerabilidad. Creen que pueden abusar de ellos y causarles miedo. También sentí temor en ese momento, además de enojo y tristeza, pero también la responsabilidad social de denunciarlo, enfatizó Zamora.
Pensé que en el DF había habido un buen cambio por todo lo que había hecho (el ex jefe de Gobierno Marcelo) Ebrard, pero sigue habiendo un ambiente de persecución y hostigamiento. Los jueces y los agentes del Ministerio Público no tienen ninguna capacitación sobre derechos humanos. Muchas cosas nos demuestran que ha habido retrocesos, por eso hay que levantar la voz, manifestó.

jueves, 14 de marzo de 2013

Frantz Fanon, Piel negra, máscaras blancas PDF (Ediciones AKAL)

Descargar Piel negra,máscaras blancas de Frantz Fanon.

En el 2009, la editorial AKAL publicó Piel negra, máscaras blancas de Frantz Fanon, un texto imprescindible tanto para los estudios decoloniales como para el estudio del racismo en la sociedad moderna-capitalista. El texto de Fanon trata incansablemente cómo es que las personas de color padecen el racismo y la discriminación por parte de las personas blancas.
El texto había sido editado hace ya algunas décadas. Pero ahora se publica en una edición completamente distinta. En esta edición de AKAL, el texto Piel negra, máscarasblancas se acompaña de una introducción de Samir Amin, “Introducción. Frantz Fanón en África y Asia” y de un prefación de Immanuel Wallerstein, “Leer a Fanón en el siglo XXI”. Finalmente el texto contiene un apéndice con 6 textos:

  1. Violencia, no violencia. Sartre en torno a Fanón de Judith Butler 
  2. A través de la zona del no ser. Una lectura de Piel negra, máscaras blancas en la celebración del octogésimo aniversario del nacimiento de Fanón de Lewis R. Gordon 
  3. Apuntes hacia una metodología fanoniana para la decolonización de las ciencias sociales  por Ramón Grosfoguel
  4. Desigualdad y ciencias humanas en Rousseau y Fanón por Nelson Maldonado-Torres
  5. Frantz Fanón y la opción decolonial: el conocimiento y lo político por Walter D. Mignolo 
  6. En torno al principio sociogénico. Fanón, la identidad y el rompecabezas de la experiencia consciente y cómo es ser «negro» por Sylvia Wynter.
Ficha completa: Frantz Fanon, Piel negra, máscaras blancas, Madrid, Akal, 2009, 383 pp., (Cuestiones de antagonismo, 55).




jueves, 31 de enero de 2013

Transgénicos dañan la salud de lactantes: El Poder del Consumidor

Los transgénicos están generando un problema de salud, particularmente entre las madres que dejan de amamantar y dan a sus hijos sustitutos alimenticios elaborados con ese tipo de granos, alertó Xaviera Cabada, de la organización El Poder del Consumidor.
En el país, dijo, 85 por ciento de los bebés consume sustitutos de leche materna, los cuales contienen alto contenido de jarabe de maíz y sólidos de éste, pero se ignora si el grano es transgénico, lo que pone en riesgo la salud y el futuro. Por ello la diversidad genética del maíz y la semilla no alterada genéticamente es equivalente al oro.
Al participar en la conferencia de prensa Los transgénicos amenazan la cruzada contra el hambre, asentó que ésta no debe servir de pretexto para desproteger al maíz, al cual calificó de tesoro nacional.
En tanto, Abelardo Ávila Curiel, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e integrante del Foro Nacional para la Construcción de la Política Alimentaria y Nutricional de México, afirmó que debido al modelo económico y agroindustrial importador se han destrozado la salud y nutrición de la población; transitamos de la desnutrición infantil a la obesidad. “Hemos generado el peor de los mundos posibles. Se está quemando el bono demográfico, ya que los jóvenes del futuro no serán sanos. Los alimentos chatarra –productos ultraprocesados con grandes cantidades de sal, azúcar, saborizantes químicos e inhibidores de la saciedad– llegaron al campo por el programa Oportunidades; se alteraron los patrones de consumo. Por eso los transgénicos son un riesgo que debe evitarse”.
Víctor Suárez, director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo; Adelita San Vicente, de Semillas de Vida, e integrantes del Centro de Orientación Alimentaria (COA), Grupo de Estudios Ambientales, Slow Food y Oxfam México, expusieron que la lucha contra el hambre no debe sectorizarse en una secretaría de Estado. Es un asunto, dijeron, que debe tratarse de manera integral, con la verdadera inclusión de la sociedad organizada. Propusieron la creación de un consejo nacional de seguridad para la alimentación y nutrición para reconstruir el tejido social y la administración pública en sus tres órdenes de gobierno.
Asentaron que la Cruzada contra el Hambre no debe verse como concesión gratuita, ya que es obligación del Estado cumplir con las obligaciones de respetar, proteger y garantizar el derecho a la alimentación, como ordena el artículo cuarto de la Constitución. Demandaron que se retome la discusión de la Ley de Planeación para la Seguridad y Soberanía Agroalimentaria y Nutricional, la cual está congelada en el Senado.
Adelita San Vicente refrendó que el rechazo a la siembra comercial de maíz transgénico será una salida falsa al problema del hambre en el país,así como entregar a unas cuantas empresas la riqueza del germoplasma del grano –alimento de la humanidad– a unas cuantas empresas.



miércoles, 30 de enero de 2013

Video de Conferencia de Bolívar Echeverría

Conferencia de Bolívar Echeverría dictada el 23 de octubre del 2009 en el auditorio del Museo Universitario de Arte Contemporáneo, dentro del Coloquio Internacional: Razón y revolución, organizado por el Centro de Estudios Teóricos y Multidisciplinarios en Ciencias Sociales de la FCPyS de la UNAM. Para mayor información sobre este y otros materiales, escribir a: cetmecs@gmail.com o facebook.com/cetmecs.fcpys.
Se trata de un video excepcional no sólo por la duración sino también por la temática pues Bolívar dedica más de una hora a hablar sobre su concepto de cultura:


miércoles, 16 de enero de 2013

Reflexiones antediluvianas de Karel Kosik*



En los sesentas, cuentan los maestros, Karel Kosik ingresó a lista de filósofos marxistas heterodoxos que había que leer si es que uno pretendía acceder a un marxismo no-inerte, vivificado. El filósofo checo Karel Kosik se hizo famoso en nuestro país —y ello sólo ocurrió entre los círculos marxistas no-dogmáticos— por la publicación en 1967 de su libro Dialéctica de lo concreto, escrito en checo en 1963 y traducido por el maestro Adolfo Sánchez Vázquez, quien debió hacerlo en esos años a partir de la traducción del checo al italiano, cotejando también la traducción del checo al alemán. Desde entonces, en nuestro país se han publicado de manera dispersa breves ensayos de este autor. Este hecho, sin embargo, no es fortuito.


I
A partir de 1968 y después de 1970, por apoyar la Primavera de Praga, ha Karel Kosik le fue impuesto el silencio absoluto en su país porque fue acusado por las autoridades comunistas de ser un filósofo contrarrevolucionario y acusado también de revisionismo antimarxista. En 1970 dejó de dar clases porque fue expulsado de la Universidad. En 1972 hubo un cateo a su casa y en ese mismo año cayó sobre él una prohibición para recibir apoyos económicos provenientes del extranjero. A partir de 1973 se retiraron sus publicaciones de bibliotecas públicas. En 1975 la policía entró nuevamente a su casa y confiscaron los manuscritos titulados: Sobre la praxis, Sobre la verdad y Supercapital. En suma, más de 1000 páginas inéditas. De 1976 a 1990 no hay datos de su vida. Fue silenciado totalmente.
Las reflexiones de este libro están redactadas entre 1991 y 1997, cuando después de la caída del bloque socialista, Kosik fue reintegrado a la actividad académica, pero, sobre todo, cuando por fin se le permitió escribir y salir del silencio para poder expresar pensamientos realmente profundos y lúcidos, guardados secretamente y madurados forzosamente a lo largo de casi dos décadas. Las 245 páginas que atraviesan el texto se encuentran cargadas de riqueza reflexiva. Pueden tener la seguridad de que leerán a un autor que piensa desde otro nivel, un autor inspirador, lleno de ideas, que está pensando cosas de un manera profundamente radical.
Entre las dos largas décadas de retiro de la vida académica, Kosik estuvo dedicado a trabajar como obrero y como albañil. Se volvió, como dice él, un “populacho indigente”, es decir, nos aclara en estas páginas, alguien cuya herencia de sus padres consiste en la honradez y la dignidad, orgullo de los demócratas; alguien a quien la codicia, la avidez, las cuentas bancarias o el consumismo en los supermercados no le hizo perder la cabeza. Así, Kosik debió refugiarse solitariamente en lo poético-pensante: el territorio del pensamiento crítico, de la poesía, del arte, de la literatura.
Por todo esto, finalmente, después de más de 40 años se publica en México un libro nuevo de Karel Kosik. La editorial Itaca publica ahora Reflexiones antediluvianas, con una edición perfectamente cuidada y con una traducción directa del checo que se nota excelente, realizada por Fernando de Valenzuela, a quien seguramente ya conoce el público porque es también el traductor de Milan Kundera al español.

 Como el título del libro lo dice, se trata de reflexiones, pensamientos. Son meditaciones de un hombre viejo que ronda entre los 65 y 70 años y que ha pasado por todo esto. Son meditaciones para antes de que el diluvio —puesto en marcha desde hace siglos— inunde y ahogue por completo a la humanidad entera. No obstante, Kosik denuncia también el acabamiento de la modernidad. Un sistema que ya no puede ofrecer nada más. Un mundo que en vez de abrir alternativas, se condena a ser la eterna repetición estéril de lo mismo. Se trata de un sistema cerrado, unidimensional, univoco. En contra de esto, Kosik escribe en la primera página de su libro: “la humanidad debería estar atenta para que el tema central del siglo próximo no sea la liquidación del hombre como ser determinado por su relación con lo Abierto”.
Téngase presente que Kosik es alguien que ha debido guardar silencio entre 15 o 20 años, un hombre que fue destituido de su actividad académica por ser un “partidario del pensamiento crítico” —como él mismo se autodefine—. Un hombre censurado por ser un disidente político o libre pensador en los años de los gobiernos de Gustav Husak en Checoslovaquia y de Brezhnev en la Unión Soviética. Un pensador que incluso entre 1943-1945, desde los 17 años, participó en la resistencia en contra de la ocupación nazi-alemana de Praga y que por ello fue arrestado por la Gestapo y recluido seis meses en el campo de concentración alemán de Terensí, un campo de concentración del que ningún judío salía vivo. La de Kosik es una reflexión en la que el narrador está dentro de la historia que cuenta. Es, como se dice en literatura, una narrador intradiegético, un narrador cuya afección y denuncia parte de una historia personal; uno que padece directamente el hecho que quiere denunciar: la época moderna capitalista.
Asimismo, las reflexiones de Kosik, debido a que provienen de un pensador crítico, son inclasificables. El libro está constituido por escritos de diversa índole. Son 17 ensayos compuestos por una cantidad indefinida de reflexiones. En este caso se puede decir lo mismo que Adorno afirmaba sobre Benjamin: Kosik es un pensador cuyas reflexiones son distantes de todas las corrientes intelectuales e ideológicas (así como de todos los “ismos”) de su época, pero están al mismo tiempo en el cruce de todas las rutas. Tal como lo hace el discurso crítico, Kosik se mete en distintos terrenos: filosóficos, literarios, artísticos, políticos, crítica de la cultura o, también, arquitectónicos y urbanísticos. Sus reflexiones sobre la ciudad, por ejemplo, son importantísimas. Kosik descifra la esencia misma de la época moderna leyendo únicamente el diseño y la estructuración de los conglomerados urbanos actuales.
II
Kosik cuenta la historia de la época moderna. Se trata de la historia del ser humano que se libera por fin de toda atadura medieval. Un ser humano que inicialmente quiere afirmar su libertad. No obstante, dice Kosik, esta autoafirmación humana se encuentra acompañada por la voluntad de dominio que proviene del subjetivismo desaforado del Hombre: “Por ello, este grandioso punto de partida moderno está marcado por la ambivalencia: el suyo no sólo tiene la voluntad de ser libre sino que carga también con el afán de dominar a la naturaleza, de convertirse en propietario monopólico y señor” (25). Con ayuda de la ciencia, de la razón, de la economía y de la técnica, el Hombre moderno avanzará con esta voluntad de dominio y se sentirá victorioso y orgulloso de la gran creación de su fabuloso mundo fáustico (Goethe). Pese a todo, dice Kosik, el ser humano se convierte en víctima de su propia desmesura. Se trata de la gran tragedia del Hombre, quien cuando cree que ha ganado, irónicamente ha perdido la apuesta. El hombre moderno ha creado un mundo en el que cree haber triunfado, pero, en realidad, el precio para ganar la vida ha consistido en perderla. “Y este es el engaño y la mentira del sistema planificado y edificado” bajo la figura del Fausto, el arquitecto y constructor del mundo moderno y, a la vez, el destructor del mundo mismo.
A lo largo del libro, Karel Kosik reflexiona acerca de que la historia del ser humano moderno es una tragedia. Una tragedia que consiste en que, cuando el Hombre cree haber triunfado y haber configurado un mundo a su imagen y semejanza, paradójicamente ha sido derrotado por su desmesura y, en cambio, solo ha sido el instrumento que ha creado un mundo según los dictados del Señor oculto, del dictador anónimo, el Supercapital, como le llama Kosik al capitalismo hiperfetichizado.
Pero Kosik decide avanzar aún más. Sabe que la organización de este mundo es aún más compleja. Esta tragedia (drama, comedia, farsa, pantomima —lo que sea—) envuelve por igual a todos sus personajes, ya que no sólo los seres humanos son quienes deben pagar el precio de su hybris. Por ello, para Kosik, resulta insatisfactoria la explicación de Georg Lukács sobre lo qué son las tragedias. Para Lukács —cita Kosik—, “la tragedia es una actuación; una pieza en la que actúan el hombre y el destino; una pieza donde Dios es el espectador. Él sólo es espectador, y nunca se mezcla su palabra ni su gesto con las palabras o los gestos de los que actúan” (25).[1]
Pero Kosik trasciende la explicación de Lukács porque cree que ésta tendría su vigencia hasta antes del ascenso del Supercapital. La época actual no es un Theatrum Mundi visto por Dios. El drama de la época moderna es una farsa en cuyo argumento se han visto implicados no sólo el hombre sino incluso los dioses, quienes se encuentran ahora “destituidos y humillados para atestiguar que el sistema es la única realidad y que carece de alternativas”.
III
¿Qué hacer en contra de este gran Señor oculto que es el funcionamiento? Kosik resume la esencia del ser humano con un “juego de palabras” en el que ya hubiera querido hacerlo Martin Heidegger. Sin embargo, el filósofo de la Selva Negra no hubiera podido hacerlo porque, primero, para colmo suyo, este “juego de palabras” es imposible en alemán, pero, sobre todo, porque Heidegger no está a favor de las luchas sociales. Por ello, en polémica con Heidegger e incluso con Sartre, Karel Kosik afirma: la esencia de la ek-sistencia reside en la re-sistencia. Para Karel Kosik (quien en la Segunda Guerra Mundial logró resistir a la ocupación nazi-fascista de Praga; quien siendo un marxista heterodoxo resistió a la represión del “socialismo real” cuando, en 1968, los países que integraban el Pacto de Varsovia decidieron inundar a Praga con cientos de tanquetas y decenas de miles de soldados; quien después de la caída del bloque socialista, cuando el mundo se tornó unipolar, criticó duramente a las democracias liberales y a la economía globalizada, así como a la “sociedad elegante” y del espectáculo), para él, ek-sistir es re-sistir en contra del devastador dominio de una “normalidad” perversa (119). El ser humano en cuanto ek-sistente es re-sistente en contra de la perdición y del mal (122)[2], resistente en contra de la normalidad, del funcionamiento y de la economía de mercado. De este modo, reivindicar lo humano, en este momento, significa resistir a esta dinámica suicida y aparentemente irrefrenable a la que se dirige progresivamente el mundo entero, con todo y sus Dioses, a pesar del ser humano, y en contra del cielo y de la tierra. Por ello, los seres humanos deben propugnar por el arte de habitar el mundo como una morada poética. Un ser humano que debe vivir abierto al mundo, con el mundo, en el mundo. Se trata de practicar el arte de vivir.
Apartado de todo planteamiento ingenuo y campirano, así como lejos de todo “romanticismo” —en el mal uso de la palabra “romántico”—, Kosik sostiene que la residencia del ser humano en el mundo consiste en roturar la tierra, habitar el paisaje, viviendo en un terruño, fundando mundos y polis, manifestando respeto por lo digno y honrándolo, es decir, perfeccionando la naturaleza, a la vez que el ser humano es perfeccionado por ella, ya sea que todo esto lo haga en forma de dioses, de Dios, o de verdad, bien, coraje, belleza o sabiduría (141).
IV
¿Qué hacer en contra de la marcha aparentemente invencible de este gran dictador anónimo que es el Supercapital? ¿Hay acaso todavía posibilidades para pensar una alternativa liberadora y, si es así, dónde buscarla? Hoy, como en la Primavera de Praga de 1968, la alternativa liberadora está en la imaginación. Como afirmaron los jóvenes parisinos y del mundo entero durante los 60’s: ¡la imaginación al poder! La imaginación hará saltar la chispa y, con ella, la esperanza. “Únicamente —escribe Kosik— la imaginación nos puede liberar de la falta de espiritualidad. El poder liberador proviene de la imaginación creativa” (26). “Si en esta época, en la que el mundo está gravemente amenazado, la imaginación creativa se pone de manifiesto es sólo como protesta y rebelión contra el paradigma dominante, como resistencia ante él” (109). Como Kosik escribe en la última página de este libro: “La imaginación poética despierta la imaginación política” (245).
La crisis profunda de nuestros días no puede solucionarse con el aparato conceptual y explicativo emanado por la época moderna misma. Si queremos pensar, debemos hacerlo con otras categorías. Imaginar significa negar y trascender el sistema actual mediante la composición de otro mundo posible (así define a la imaginación otro gran pensador, Bolívar Echeverría[3]). Para Kosik, las posibilidades liberadoras deben buscarse en una dimensión ausente, en una explicación ausente del mundo sobre cómo romper con la fuerza de este gran dictador anónimo. En ello radica el poder de la crítica, en observar los vacíos dejados de lado por el discurso dominante. En contra del “fin de la historia”, anunciada por varios, Kosik afirma que lo que en verdad ha llegado a su fin es sólo el paradigma moderno carente de posibilidades.
Por ello, se trata de aprender a percibir y a pensar de otro modo. Cerrar los ojos y los oídos y, más bien, aprender a ver y a escuchar de otra forma. Se trata de hacer que nazca una nueva cultura, completamente otra, en la cual haya lugar para la dignidad, la alegría, la sonrisa, la carcajada, el cuerpo, el asombro ante el mundo y la advertencia del cielo infinito, donde haya lugar para la poesía, lo sublime, lo elevado, lo digno, el arte, la phýsis y lo vivificante, y, sobre todo, que haya lugar para la libertad. Liberar al ser humano para que sólo esté “determinado por su relación con lo Abierto” (11). Sea.
V
Kosik es, finalmente, un pensador afín a las auténticas luchas democráticas y sociales. Este libro está escrito en diálogo y, a la vez, en polémica con Karl Marx, Lukács, Martin Heidegger, Levinas, Nietzsche, Schelling, etc. Las discusiones del libro están en polémica con el marxismo, el materialismo, el idealismo o el romanticismo. También Kosik reflexiona en estas páginas con ayuda del arte, por ejemplo, con los Caprichos de Goya. En lo poético, Kosik reflexiona tanto con Hölderlin, Goethe, Sófocles, Dostoievski o Shakespeare, como también reflexiona con la ayuda de los autores checos Franz Kafka, Jaroslav Hasek, Karel Havliek, Bohumil Hrabal, Kundera o el filósofo Jan Patocka, así como con la ayuda de un gran autor del romanticismo que resulta imprescindible para la reflexión de Kosik, el poeta checo Karel Hynek Macha. Por ello, de muchos modos, el libro nos recuerda la riqueza poético-pensante que brota en lengua checa pero que, algunas veces, permanece opacada por la estridencia que se otorga al centrismo de otras lenguas, como la alemana. Así, este libro sirve también de acercamiento a la riqueza que habita en la cultura checa.
Se trata de un libro que habrá que leer si queremos realizar una crítica profunda a la época moderna, a su logocentrismo, a su pensamiento tecno-científico, a su antropolatría, a su capitalismo. Un libro que espera ser leído si es que, con ayuda del pensamiento poético-pensante y con ayuda de la crítica, nos queremos permitir el privilegio de pensar de un modo distinto una habitación humana sobre el mundo.
Gustavo García Conde

*Texto que sirvió de base para la presentación de Reflexiones antediluvianas el día 29 de nov. de 2012 en el CIICH, UNAM

[1] G. Lukács, “Metafísica de la tragedia”, El alma y las formas y la teoría de la novela, México, Grijalbo, 1975, p. 243; “Metaphysik der Tragödie”, Die Seele und die Formen. Essays, Berlín, Fleischel & Co., 1911, p. 327.
[2] Escribe Kosik: “Že člověk jako ek-sistence je re-sistence proti zmaru a zlu”.
[3] Bolívar Echeverría, Valor de uso y utopía, México, Siglo XXI, 1998, p. 193.